lunes, febrero 1

Recorro

Recorro
el silencio
de tus bahías
y la quietud
de tus penínsulas.
 
El cuerpo
es refugio
cobijo
remanso
de soledad austral.

Recorro.
Descubro.
El continente
y la otra orilla.

La bohemia
montevideana
y la botija tierna.

Amarran
los navíos
en los ojos pequeños.

Los corsarios
disipan tesoros
en la vieja ciudad.

Atisbo tu puerto
para recalar manso.

Bajo las velas
y descanso a tu lado.

Después
siempre después
habrá que partir
pero
siempre después.

fliscornio
10/11/2001

1 comentario:

Isabel dijo...

Bellísimo y delicado poema,amigo.Un lujo para leer despacio...
Un abrazo.

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