sábado, noviembre 21

Oquedad


Entre mi cuello y el hombro,

descansa el silencio de tu pensamiento.

Apoyada

en la oquedad tibia de los huesos,

tu mirada se desliza callada,

sobre espaldas y occipucios.

Es la brevedad

del aliento

sobre las pupilas.

Es el tiempo

demorado

que cae como una llovizna.

Las voces humedecen

viejos cortinados en los zaguanes

de Montevideo...

Los corazones

cobijan antiguas carencias.

Acaricio tus mejillas tibias.

Atemperas mis manos

entre las tuyas

mientras atravesamos la ciudad

serenos, transparentes

como destellos de luz

en una noche de verano.

Y así, el día arrastra las horas,

pero no lleva tu boca ni la mía.

Levanta las hojas que el otoño olvidó,

pero no empuja las hojas escritas.

Ni los poemas leídos sobre tus ojos,

a la hora de las cigarras,

a la sombra de las enredaderas,

lejos de aquí.

Quién sabe dónde...

Tal vez donde nacen los jazmines...

en un lugar donde los encuentros florecen...

acurrucados,

lejos de todo...

lejos...


fliscornio 2002

2 comentarios:

Unknown dijo...

mmmmmmmmm, este me gustò mucho màs, es directo el otro tiene las vueltas de la histeria, bueno pero no el mejor para mi gusto. besitos flis.

Fliscornio dijo...

Gracias por el comentario madameh80.Un abrazo.
Fliscornio

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